Consultoria BrISO

Riesgos Psicosociales

Los Riesgos Psicosociales perjudican la salud de los trabajadores y trabajadoras, causando estrés y a largo plazo enfermedades cardiovasculares, respiratorias, inmunitarias, gastrointestinales, dermatológicas, endocrinológicas, musculo-esqueléticas y mentales. Son consecuencia de unas malas condiciones de trabajo, concretamente de una deficiente organización del trabajo.

El estrés, el acoso y el malestar físico y psíquico que sufren muchos trabajadores y trabajadoras son resultado de una mala organización del trabajo y no de un problema individual, de personalidad o que responda a circunstancias personales o familiares.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales considera que la organización del trabajo forma parte de las condiciones de trabajo que influyen en la salud y seguridad de los y las trabajadoras, entre otros mecanismos a través de la exposición nociva a los riesgos psicosociales. Por ello, las características de la organización del trabajo deben ser evaluadas, controladas y modificadas si generan riesgos.

La evaluación de riesgos psicosociales debe realizarse utilizando métodos que apunten al origen de los problemas (principio de prevención en el origen), es decir, a las características de la organización del trabajo - y no a las características de las personas.

Los Riesgos Psicosociales son características nocivas de la organización del trabajo, que pueden ser identificadas a través de cinco dimensiones:

  • Exceso de exigencias psicológicas:
    Cuando se debe trabajar rápido o de forma irregular. Cuando el trabajo requiere que se escondan los sentimientos, y no dar opiniones, tomar decisiones difíciles y de forma rápida;

  • Falta de influencia y de desarrollo:
    Cuando no se tiene margen de autonomía en la forma de realizar las tareas. Cuando el trabajo no da posibilidades para aplicar habilidades y conocimientos de las personas o que estos carezcan de sentido para las mismas. Cuando no es posible adaptar el horario a las necesidades familiares, o no se puede decidir cuándo se hace un descanso;

  • Falta de apoyo y de calidad de liderazgo:
    Cuando se debe trabajar aislado, sin apoyo de los superiores o compañeros y compañeras en la realización del trabajo, con las tareas mal definidas o sin la información adecuada y a tiempo.

  • Escasas compensaciones:
    Cuando se falta al respeto, se provoca la inseguridad contractual, se dan cambios de puesto o servicio contra la voluntad del trabajador, se da un trato injusto, no se reconoce el trabajo, el salario es muy bajo, etc.

  • La doble presencia:
    El trabajo doméstico y familiar supone exigencias cotidianas que deben asumirse de forma simultánea a las del trabajo remunerado. La organización del trabajo en la empresa puede impedir la compatibilización de ambos trabajos, a pesar de disponer de herramientas y normativa para la conciliación de la vida laboral y familiar. Las mujeres siguen realizando y responsabilizándose del trabajo doméstico y familiar, por lo que la doble presencia es más prevalente entre el colectivo de mujeres.


Fuente: Riesgos psicosociales